NO SOY UN HOMBRE FÁCIL
Me encanta viajar, sin duda uno de mis hobbies favoritos desde pequeña, pero también el más caro.
Cada vez que tengo oportunidad lo hago.
En los trayectos de los viajes siempre suelo cargarme de capítulos de series, libros o películas.
En este último viaje mi acompañante era el encargado de llevar algo que me gustara, o mínimamente que me sorprendiera.
Sin duda lo logró.
Trajo consigo una película que no consiguió llamar mi atención de primeras, y es que NO SOY UN HOMBRE FÁCIL, suena entre otras cosas a pésima comedia americana y previsible que te puedes encontrar cualquier tarde de domingo en Telecinco.
A pesar de esto mi amigo me la vendió muy bien comentándome que era una crítica sobre la sociedad machista que nos rodea a día de hoy, asi que sin dudarlo le di una oportunidad.
Cada vez que tengo oportunidad lo hago.
En los trayectos de los viajes siempre suelo cargarme de capítulos de series, libros o películas.
En este último viaje mi acompañante era el encargado de llevar algo que me gustara, o mínimamente que me sorprendiera.
Sin duda lo logró.
Trajo consigo una película que no consiguió llamar mi atención de primeras, y es que NO SOY UN HOMBRE FÁCIL, suena entre otras cosas a pésima comedia americana y previsible que te puedes encontrar cualquier tarde de domingo en Telecinco.
A pesar de esto mi amigo me la vendió muy bien comentándome que era una crítica sobre la sociedad machista que nos rodea a día de hoy, asi que sin dudarlo le di una oportunidad.
NO SOY UN HOMBRE FÁCIL
No soy un hombre fácil o más bien, Je ne suis pas un homme facile, es una película francesa estrenada este mismo año (2018),dura alrededor de 98 minutos y tiene como directora a Eleonore Pourriat, actriz, guionista y directora francesa.
Eleonore nos plantea una pregunta, ¿Qué pasaría si el mundo estuviera bajo la supremacía de la mujer?
En la propuesta de Porrait se va más allá, pues no solo propone una situación en la que el protagonista ve los problemas de las mujeres a su alrededor, no solo sufre en sus carnes el reverso de la moneda con la que está acostumbrado a pagar, sino que realmente se nos muestra un mundo lleno de actitudes de género que tenemos normalizadas para demostrarnos así lo absurdas que son. Y es que Damián, un auténtico machista que no tiene reparos en piropear a las mujeres a gritos en la calle, categorizarlas por su físico o tratarlas como objetos sexuales para usar y tirar, gratamente interpretado por VincentElbaz, tras sufrir un golpe en la cabeza despierta en una realidad alternativa en la que las mujeres son el sexo dominante.
Porrait realiza un ejercicio de serenidad y reflexión para señalar con elegante sutileza toda actitud micromachista (o no tan ‘’micro’’) de nuestro mundo, plasmándolo en un reflejo feminizado. Así, vemos una sociedad en la que se observan todo nivel de conductas sexistas: desde momentos casi simpáticos en los que Damián tendrá que someterse a depilación y maquillaje o vestir de forma más provocativa para realzar sus encantos físicos (aquellos por los que más se le valoran); o ver a sus padres con un cambio de roles que desentona para el espectador, con un padre comprensivo y cariñoso y una madre dura y áspera. En este nuevo mundo las mujeres copan los puestos de liderazgo de las empresas, abusan de sus empleados varones, ven el deporte mientras los hombres cocinan y se encargan de la casa e hijos, son infieles ‘’por naturaleza’’, son egoístas en la cama, someten a abusos sexuales, denigran a los hombres que luchan por la igualdad (que en este mundo son llamados ‘’masculinistas’’) con los que se hace claro reflejo de las etiquetas que sufren las mujeres feministas como radicales, sanguinarias o lesbianas. Si se tiene el ojo lo suficientemente atento incluso se ven ejemplos de cosificación del cuerpo del hombre en el cine, la separación de género en rituales sociales como las bodas o el arreglo de un coche, y cómo los hombres son tratados como objetos decorativos en múltiples ocasiones. Es más hasta tiene el valor de insinuar cómo, en nuestro mundo, ciertas actitudes machistas favorecen a cierto colectivo de mujeres (las jóvenes y atractivas, en esencia) pero de una forma sexista e inapropiada.
EleonorePourrait nos propone un verdadero ejercicio individual de reflexión feminista sin fisuras, bien construido y solvente por sí mismo, señalando cada diferencia de género que en nuestra sociedad están asumidos por hombres y mujeres, normalizados, para, a través de lo distópico y disonante, mostrarnos lo erróneo de su mera existencia. Así, nos invita a destruir este modelo de sociedad dispar en el que actualmente vivimos para no perpetuar más unas diferencias de género que no son más que construcciones arbitrarias para someter a una parte de la sociedad.
Es un error etiquetar a No soy un hombre fácil como una mala comedia romántica (que ciertamente lo es) y no como una obra de docuficción (que es de lo que realmente se trata). Y en este sentido supone un medicamento contra el machismo social que no solo denuncia actitudes flagrantes, sino también esos muy peligrosos micromachismos que son la antesala de delitos contra la vida de la mujer.
Sin duda una película que hace reflexionar.
Actualmente está en Netflix por si después de todo os han entrado las ganas de verla.
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